Este delicioso pastel de sémola, conocido localmente como ‘بسبوسة’ (Basbousa), es un postre querido en la cocina palestina, aportando calidez y dulzura a las reuniones familiares y celebraciones. Su rica textura, empapada en un jarabe fragante, crea una experiencia celestial que te transporta al corazón de Oriente Medio con cada bocado. El aroma del horneado llena la cocina, prometiendo una recompensa dulce que evoca nostalgia y alegría, convirtiéndolo en un manjar querido tanto por jóvenes como por mayores.
Los orígenes de este delicioso pastel se remontan a tiempos antiguos, con variaciones encontradas en todo Oriente Medio y el norte de África. En la cultura palestina, se ha convertido en un postre básico, a menudo servido durante ocasiones especiales como bodas y festividades. Cada familia puede tener su propio giro único en la receta, reflejando tradiciones personales e influencias regionales. A lo largo de los años, la Basbousa ha evolucionado, pero sigue siendo un símbolo de hospitalidad y celebración.
Lo que distingue a este pastel de sémola es su simplicidad y el encantador contraste entre el pastel denso y húmedo y el dulce jarabe. Hecho principalmente de sémola, yogur y azúcar, cuenta con una textura única que es tanto tierna como satisfactoria. La adición de almendras blanqueadas no solo añade atractivo visual, sino también un sutil sabor a nuez que realza la experiencia general. A diferencia de otros pasteles, la infusión del jarabe asegura que cada bocado esté repleto de dulzura, haciéndolo irresistible.
Lo Imprescindible
Para asegurar la autenticidad de este plato, es crucial seguir técnicas específicas. Marcar el pastel antes de hornear permite una absorción uniforme del jarabe, mejorando el sabor en todo el pastel. Usar yogur es esencial para lograr el nivel correcto de humedad, contribuyendo a la ternura del pastel. Además, verter el jarabe caliente sobre el pastel caliente asegura la máxima absorción, creando un equilibrio armonioso entre dulzura y textura.
Un delicioso pastel de sémola empapado en jarabe, a menudo adornado con almendras para un dulce perfecto. Guarda el pastel sobrante en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta 3 días. Los sabores se intensifican a medida que reposa.
Precalienta tu horno a 180°C (350°F). Engrasa un molde de 23x33 cm con mantequilla o spray para cocinar.
En un tazón grande, combina la sémola, el yogur natural, el azúcar granulada, el polvo de hornear, la mantequilla derretida y el extracto de vainilla. Mezcla hasta obtener una masa suave.
Vierte la masa en el molde preparado, alisando la parte superior con una espátula. Usa un cuchillo para marcar la superficie en formas de diamante, colocando una almendra en el centro de cada pieza.
Hornea en el horno precalentado durante unos 30 minutos, o hasta que esté dorado en la parte superior y un palillo insertado salga limpio.
Mientras el pastel se hornea, prepara el jarabe. En una cacerola, combina agua y azúcar. Lleva a ebullición a fuego medio, revolviendo hasta que el azúcar se disuelva.
Una vez que hierva, reduce el fuego y añade el jugo de limón. Deja hervir a fuego lento durante unos 10 minutos, luego retira del fuego y deja enfriar ligeramente.
Cuando el pastel esté listo, retíralo del horno y vierte inmediatamente el jarabe caliente uniformemente sobre el pastel caliente. Déjalo absorber durante al menos 30 minutos antes de servir.
Corta a lo largo de las líneas marcadas y sirve caliente o a temperatura ambiente.
Ingredientes
Instrucciones
Precalienta tu horno a 180°C (350°F). Engrasa un molde de 23x33 cm con mantequilla o spray para cocinar.
En un tazón grande, combina la sémola, el yogur natural, el azúcar granulada, el polvo de hornear, la mantequilla derretida y el extracto de vainilla. Mezcla hasta obtener una masa suave.
Vierte la masa en el molde preparado, alisando la parte superior con una espátula. Usa un cuchillo para marcar la superficie en formas de diamante, colocando una almendra en el centro de cada pieza.
Hornea en el horno precalentado durante unos 30 minutos, o hasta que esté dorado en la parte superior y un palillo insertado salga limpio.
Mientras el pastel se hornea, prepara el jarabe. En una cacerola, combina agua y azúcar. Lleva a ebullición a fuego medio, revolviendo hasta que el azúcar se disuelva.
Una vez que hierva, reduce el fuego y añade el jugo de limón. Deja hervir a fuego lento durante unos 10 minutos, luego retira del fuego y deja enfriar ligeramente.
Cuando el pastel esté listo, retíralo del horno y vierte inmediatamente el jarabe caliente uniformemente sobre el pastel caliente. Déjalo absorber durante al menos 30 minutos antes de servir.
Corta a lo largo de las líneas marcadas y sirve caliente o a temperatura ambiente.
Notes
Guarda el pastel sobrante en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta 3 días. Los sabores se intensifican a medida que reposa.
Consejos Profesionales
Para una versión más sofisticada, considera agregar una pizca de cardamomo molido a la masa para un giro aromático. Si prefieres una versión menos dulce, reduce un poco el azúcar en el jarabe. Ten cuidado de no hornear demasiado el pastel; debe estar dorado en la parte superior pero aún húmedo por dentro. Para evitar errores comunes, asegúrate de que el jarabe esté caliente al verterlo sobre el pastel, ya que el jarabe frío no se absorberá bien.
Sugerencias para Servir
Sirve este delicioso pastel junto a una humeante taza de café árabe o un refrescante té de menta. Para un toque adicional, considera acompañarlo con una bola de helado de vainilla o una cucharada de crema batida para equilibrar la dulzura. También se puede disfrutar como parte de una mesa de postres más grande durante ocasiones festivas.
Decoración y Presentación
Tradicionalmente, cada pieza de Basbousa se adorna con una almendra blanqueada, que no solo mejora su apariencia, sino que también añade un crujido sutil. Para una presentación exquisita, espolvorea con azúcar en polvo o rocía con chocolate derretido para crear un contraste llamativo. Al emplatar, considera usar platos decorativos que resalten los tonos dorados del pastel.
البيت من دون ضيافة كالسفينة من دون ملاحين.
Este proverbio palestino se traduce como ‘Una casa sin invitados es como un barco sin marineros.’ Enfatiza la importancia de la hospitalidad y compartir alimentos, particularmente postres como la Basbousa, que reúnen a los seres queridos en torno a la mesa.
De niña, mis recuerdos más entrañables giran en torno a las reuniones familiares donde este dulce pastel de sémola siempre estaba presente. El aroma que salía de la cocina me llenaba de anticipación, y el primer bocado me transportaba de regreso a la casa de mi abuela, donde el amor y la calidez se servían junto a cada plato. Esta receta es más que un simple postre; es una tradición que atesoro y espero transmitir a las futuras generaciones.
Equipamiento Necesario
- Recipientes para mezclar
- Batidor
- Espátula
- Fuente para hornear
- Cacerola
- Cuchillo
Técnicas de Cocción
Horneado
Cocinar los alimentos mediante calor seco en un horno, permitiendo una cocción y dorado uniformes.
Hervir a Fuego Lento
Cocinar líquido justo por debajo del punto de ebullición, permitiendo que los sabores se mezclen sin hervir.
Sugerencias para Servir
- Combina con una taza de café árabe o té de menta para un contraste refrescante.
Sugerencias de Decoración
- Espolvorea con coco rallado o rocía con jarabe adicional para mayor dulzura.
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